El suicidio es un tema de salud que requiere un abordaje comunitario y responsable.

Con el compromiso de todas las personas el suicidio se puede prevenir. A continuación, destacamos algunas pautas de alerta y recomendaciones para brindar apoyo si alguien lo requiere.

Prevención

Reconociendo los signos de alerta:

• Aislamiento
• Persistencia de ideas negativas
• Dificultad para comer, dormir y trabajar
• Desesperanza
• Llanto inconsolable
• Repentino cambio de conducta

Hablar con una persona sobre sus intenciones de matarse no incrementa la posibilidad de cometer suicidio. Dialogar sobre el tema reduce la posibilidad de cometerlo y puede ser una oportunidad para ayudar a quien está padeciendo.

Se previene con actitud de apertura al diálogo, motivando a las personas para que hablen sobre cómo se sienten, para que tengan amistades saludables, para que tomen decisiones de manera autónoma, para que aprendan a manejar situaciones de estrés y dificultad, para que tengan buena autoestima y para que desarrollen habilidades e inteligencia emocional para resolver problemas.

Es importante en la escucha, mostrar interés y apoyo, respetando las diferentes expresiones de sentimientos, eliminando prejuicios: El suicidio no es ni bueno ni malo, tampoco un hecho delictivo, es una situación de sufrimiento.

Estar atentos es la forma de acompañar, el diálogo no es un interrogatorio, sino compartir un momento. Si la persona no accede a realizar un tratamiento no hay que obligarla. Seguir acompañando y dialogando, mientras uno mismo realiza una consulta con un profesional es una manera de ayudar y acompañar.

Si estás preocupado/a por alguien o necesitás acompañamiento, no estás solo/a. Podés pedir ayuda a tus amigos, familia, en el centro de salud más cercano a tu casa, en el hospital, en la escuela, en el club del barrio, en el templo religioso.

Fuente: Ministerio de Salud de la Nación.