Nació un 7 de marzo de 1906 en Santiago del Estero y murió el 20 de diciembre de 1956 en Brasil, dejando una importante huella no solo en el área de la investigación sino también en la salud pública de la Argentina.

En 1942 ganó por concurso el cargo de Profesor Titular de Neurocirugía de la Universidad de Buenos Aires. Sin embargo, decidió abandonar su carrera como neurobiólogo y neurocirujano para dedicarse al desarrollo de la medicina social.

Bajo la primera presidencia de Juan Domingo Perón se creó el Ministerio de Salud de la Nación, y Ramón Carrillo fue designado como líder de esa área.

Su visión de la salud pública privilegiando lo social por sobre el lucro individual le permitió llevar adelante políticas públicas que bajaron notablemente los casos de mortalidad infantil y tuberculosis, por ejemplo. A su vez, durante su gestión se inauguraron casi quinientos nuevos establecimientos sanitarios y hospitales.

Durante su gestión:

• Se construyeron hospitales, centros sanitarios, hogares escuelas, hogares para ancianos, institutos formación en enfermería.
• Se estableció la atención gratuita para toda la población y se crearon políticas públicas como el Tren Sanitario, que llegaba a los lugares más recónditos del país para brindar capacitaciones en educación para la salud y atención médica en las diferentes ramas de la medicina.
• Masivas campañas de vacunación llegaron a todo el país
• Se creó EMESTA, la primera fábrica nacional de medicamentos, que funcionaba en el Instituto Malbrán y producía medicinas un 70% más baratas que las de los laboratorios privados.

Tras instalarse en el poder la dictadura autodenominada Revolución Libertadora, debió permanecer exiliado en Brasil, país en el que al año siguiente falleció.

En este día recordamos a Ramón Carrillo, quien nos enseñó, a través de su notable labor en la salud pública, que «la medicina debe ser no sólo curar, sino enseñar a vivir en salud».

FUENTE: Ministerio de Cultura